Pioneros - Hombres y Mujeres que forjaron la Historia de nuestro Sindicato
Quienes tuvieron el placer de conocerlo, hablan de él con gran admiración y afecto. Fue uno de los miembros fundadores de nuestro sindicato. Hombre de amplia formación cultural y apasionado defensor de los derechos de los trabajadores, en épocas difíciles en las que la acción sindical era considerada “peligrosa” y sus militantes, muchas veces perseguidos. Electo Secretario General en diciembre de 1946, se desempeñó en ese cargo hasta 1955, año en que las organizaciones sindicales sufrían la intervención de la autodenominada “Revolución libertadora”. En 1958 los gremios retoman el control de sus sindicatos y Laporte regresa al cargo de Secretario General, que ejerce hasta su fallecimiento, en el año 1972. En su honor, el Centro de Jubilados lleva su nombre.
Abel Bernachi exhibe con orgullo su carnet de afiliado número 15 al CEC. Recuerda los comienzos allá por el año 46, cuando con apenas 25 años de edad y recién iniciado en la actividad comercial, es convocado junto con otros cuatro o cinco vendedores (en su mayoría trabajadores de la calle Laprida) para formar un sindicato que nucleara a los empleados mercantiles. Reuniones casi secretas, debates, inicio de una lucha que evoca las palabras de Sterne: “No hay héroe en la soledad; los actos sublimes están determinados siempre por el entusiasmo de muchos”. En su recuerdo emergen los nombres de Ricardo Cervi, Emilio Lozano, Ramón Saquilán, Humberto Larroque y dos mujeres: Alicia Abdala y Juana Benítez, algunos de los integrantes de aquella comisión original, que pugnaba por dignificar la tarea cotidiana del empleado de comercio. Bernachi detenta además el honor de haber sido el primer Secretario General del CEC y de haber acercado a la militancia sindical a quien fuera su sucesor en el cargo, Héctor Luis Laporte. En una charla imperdible, don Abel rememora la lucha por acortar la exhaustiva jornada del trabajador mercantil, primera reivindicación del flamante sindicato.
Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay otros que luchan muchos años y son muy buenos. Pero hay quienes luchan toda la vida, esos son imprescindibles. Bertolt Brecht |